No existe vacuna probada para prevenir o combatir la pandemia de clichés que es, quizá, una de las más odiosas de todos los tiempos. Estamos infestados por expresiones, gestos, frases, vestuarios, hábitos y manías intoxicadas por “lugares comunes”, ideas o expresiones excesivamente repetidas, rígidas y simplonas. ¿Cuál es la fuente de semejante horror?